sábado, 14 de junio de 2008

La obesidad adolescente elevaría riesgo de morir en la adultez

NUEVA YORK (Reuters Health) - Los adolescentes obesos son más propensos que los delgados a morir por un infarto u otras enfermedades a mediana edad, indicó un nuevo estudio.
Un equipo de investigadores halló que entre más de 200.000 noruegos estudiados entre la adolescencia y la adultez, aquellos obesos o con sobrepeso en la adolescencia eran tres o cuatro veces más propensos a haber muerto por un infarto.
Los riesgos de morir por cáncer de colon o enfermedades respiratorias, como asma y enfisema, eran dos o tres veces más altos que en adultos que habían sido delgados en la adolescencia. Las personas con kilos de más en la juventud también eran más propensas a haber muerto súbitamente.
Se desconoce cuánto influye la obesidad temprana en el riesgo de morir, según la autora principal, la doctora Tone Bjorge, del Instituto Noruego de Salud Pública y de la Universidad de Bergen.
Los participantes que habían sido obesos en la adolescencia, explicó a Reuters Health, tendían a seguir siéndolo en la adultez.
La obesidad más tardía es un factor de riesgo de diabetes tipo 2, cardiopatías y ciertos cánceres, destacó Bjorge, mientras que se desconocen cuáles son los efectos a largo plazo de la obesidad infantil.
Independientemente de esto, dijo la autora, "nuestros resultados subrayan la importancia de prevenir la obesidad adolescente".
El estudio, publicado en American Journal of Epidemiology, se realizó con datos de 227.000 hombres y mujeres noruegos, a los que se les midió la altura y el peso entre 1963 y 1975, cuando tenían entre 14 y 19 años.
Luego, el equipo los controló hasta el 2004, cuando tenían en promedio 52 años. Durante ese período murieron 9.650 participantes.
En general, el riesgo de morir por una cardiopatía, cáncer de colon o enfermedades respiratorias era alto entre los participantes con más peso en la adolescencia.
Los autores no registraron datos sobre el estilo de vida de los participantes, como el ejercicio, la alimentación y el tabaquismo, de modo que se desconoce la influencia del estilo de vida sobre estos hallazgos.
FUENTE: American Journal of Epidemiology, online 13 de mayo del 2008

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